Ante un paisaje simplificado la vista se agudiza, haciéndose capaz de diferenciar varios tonos de marrón donde solo parecía haber uno, de apreciar las formas mas singulares y de detenerse sobre los elementos verdes estructurales, un seto o un tupido arbusto de hoja perenne, elementos que durante el verano pasarían totalmente desapercibidos.
Entre tanta variedad de plantas, hay otros arbustos que llaman mi atención: los Corylopsis. Abundantes pequeñas flores amarillo pálido sobre lisas ramas desnudas. También un regalo a estas alturas.
Descubro mas troncos, uno enorme y ahuecado, una Parrotia persica, supongo centenaria. Que ganas tengo de plantar una. Unas catalpas tan retorcidas que parecen casi reptantes. Y mas troncos de formas y texturas singulares: Acer circinatum, Acer griseum, Acer grosseri. Cuanta belleza debe haber en primavera.