Pongo el enlace a continuación:
http://embelececarnota.blogspot.com.es/
El recuncho de relax recibe el primer premio, aunque compartido con otro proyecto participante.
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La falta de suelo, y consecuentemente la necesidad de utilizar contenedores para las plantas, limita considerablemente la elección de especies, incluso cuando las precipitaciones son abundantes como ocurre en Galicia. El substrato de las macetas pierde rápidamente la humedad y si no disponemos de riego, las plantas pueden durar menos de lo que pensamos. Es aconsejable, entonces, recurrir a especies resistentes a largos periodos de sequía, especies cuyas necesidades hídricas son inferiores a la de las especies que solemos utilizar en condiciones normales de cultivo directo en tierra. Las suculentas y las especies de clima mediterráneo representan una buena opción para el cultivo en maceta. Otro condicionante en la elección de especies ha sido la naturaleza de los dos especímenes ya existentes en el lugar del proyecto, un Metrosideros y una Tuya. Debo confesar que yo nunca asociaría estas dos especies porque, en mi personal clasificación de plantas, cada una corresponde a un contexto bien distinto. Cada planta, a mi parecer, trasmite una determinada sensación o conjunto de sensaciones. En eso influye su lugar de origen, su aspecto, pero también otras características como por ejemplo el uso que se ha hecho de una determinada planta en el curso de la historia de los jardines. No es lo mismo un rosal que una photinia, un olivo que un carballo. En fin, cada planta tiene su propia idiosincrasia. En el caso concreto: el Metrosideros es un árbol que evoca exotismo mientras que la Tuya expresa una fuerte dosis de clasicismo. Vamos, que están casi a las antípodas y por lo tanto resulta casi imposible encontrar buenos compañeros que funcionen para los dos. Lo que combina con uno riñe con el otro. No obstante, considero que el Metrosideros es un buen árbol para un recuncho. Su copa densa crea cierto recogimiento y solo hizo falta eliminar alguna rama baja justo allí donde está colocado el banco para acentuar la sensación de recuncho en la zona próxima al árbol. Ahora uno tiene la sensación que el árbol acoge el banco (y cualquiera que se siente allí) bajo la ala protectora de su copa. Una bonita silueta y un simple banco de madera y el lugar empieza a tener un encanto especial. He querido utilizar elementos vegetales que alteraran lo menos posible esa sencilla composición. Generalmente se escogen las plantas por la espectacularidad de su floración, pocas veces por su forma y su follaje y se destruye así el delicado equilibrio compositivo con la introducción de una planta de impresionante floración, pero inadecuada. Una alfombra verde constituida por decenas de rosetas de Aeonium me ha parecido lo más acertado para revestir la jardinera principal anexa al banco. Las rosetas de color verde claro y brillante contrastan estupendamente con el follaje oscuro del Metrosideros. Su escasa altura da solidez a la jardinera y no interfiere con la arquitectura de los múltiples troncos del árbol.
El rosa y sus adyacentes son los colores que he escogido para del recuncho. El rosa es un color razonablemente relajante y armoniza con la vistosa floración roja del metrosideros. También produce un bello contraste con el follaje amarillo de la Tuya. Los corimbos de color rosa intenso de la Spirea japonica (quizás Anthony waterer) no podrían tener mejor fondo para lucirse. Un Carex completa el conjunto con su follaje en cascada.
Es fácil intuir que frente a la envergadura de los especímenes existentes cualquier elemento vegetal procedente de vivero aparece ridículamente pequeño. Esa inexorable desproporción solo el tiempo podrá subsanarla. De momento intentaré compensar el escaso porte de los arbustos con grupos de plantas herbáceas de flor que refuerzen la nota de color del recuncho. Pese la mala experiencia del año pasado he decidido presentar una propuesta de proyecto a la II edición del Concurso de embelecemento de Carnota. Parece incoherente, pero he llegado a esta decisión por dos razones: primero, porque considero mi deber de ciudadano sensible a los temas de jardinería y paisajismo, contribuir en lo que pueda a la difusión de la cultura del verde, segundo, porque veo los concursos y las actividades similares como una buena oportunidad de ejercicio teórico y practico de mi potencial creativo, tercero, porque nunca se sabe, a lo mejor el premio cae. La idea en sí es muy sencilla y consiste en crear un pequeño recuncho (rincón) en uno de los muchos espacios del concello que en mi opinión necesitarían una intervención. La plaza/aparcamiento objeto del proyecto, cuyo suelo de cemento está bizarramente pintado de verde, a primera vista carece totalmente de atractivo. Se trata de uno de estos espacios públicos “perdidos” en los cuales nadie nunca se detiene, pero que a un examen más atento, uno se da cuenta de que tiene cierto encanto: unas bonitas vistas hacia un conjunto de hórreos, con los tejados y el mar al fondo, un metrosideros de buena envergadura y la sensación de recogimiento que uno siente al detenerse tan solo unos minutos. Entonces: ¿porque no hacer de este espacio una zona multifuncional para uso y disfrute de los vecinos, un rincón acogedor y tranquilo que invite a permanecer, que sirva para reunirse, charlar o simplemente relajarse? Una tarea ardua si uno no dispone de mucho presupuesto (mas bien ninguno). La falta de suelo obliga a utilizar macetas, jardineras y contenedores cuyo precio en el mercado suele ser bastante elevado. Para obviar a este problema he recurrido al uso de maderas recicladas recogidas en el litoral ya que los temporales este invierno han sido especialmente generosos. Palets, cajas, vigas y hasta tramos de pasarela arrancadas por las fuertes oleadas. En fin material de consrucción no faltaba. Con los robustos listones de la pasarela he construido el elemento principal del recuncho, un modulo banco-jardinera donde uno puede sentarse, de un palet he sacado un aparcamiento para bicicletas y con las tablas de las cajas de pescado he realizado unos macetones. Los tonos y la textura de la madera expuesta a la dureza del mar y de la intemperie me encantan, lo que me ha hecho reconsiderar mi inicial intención de pintarla.
Para trasmitir cierta sensación de relax he añadido una tumbona de diseño moderno (realizada a partir de un pallet) y una rodaja de tronco de pino para apoyar libros. Hecho esto, falta el elemento vivo, las plantas, de las cuales os hablaré en la próxima entrada. |
Salvatore parisi
Licenciado en Ingeniería agrónoma y Doctor en Edafología, tengo pasión por la jardinería desde niño. Categorias
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