La idea en sí es muy sencilla y consiste en crear un pequeño recuncho (rincón) en uno de los muchos espacios del concello que en mi opinión necesitarían una intervención. La plaza/aparcamiento objeto del proyecto, cuyo suelo de cemento está bizarramente pintado de verde, a primera vista carece totalmente de atractivo. Se trata de uno de estos espacios públicos “perdidos” en los cuales nadie nunca se detiene, pero que a un examen más atento, uno se da cuenta de que tiene cierto encanto: unas bonitas vistas hacia un conjunto de hórreos, con los tejados y el mar al fondo, un metrosideros de buena envergadura y la sensación de recogimiento que uno siente al detenerse tan solo unos minutos.
Entonces: ¿porque no hacer de este espacio una zona multifuncional para uso y disfrute de los vecinos, un rincón acogedor y tranquilo que invite a permanecer, que sirva para reunirse, charlar o simplemente relajarse? Una tarea ardua si uno no dispone de mucho presupuesto (mas bien ninguno).
Para trasmitir cierta sensación de relax he añadido una tumbona de diseño moderno (realizada a partir de un pallet) y una rodaja de tronco de pino para apoyar libros.
Hecho esto, falta el elemento vivo, las plantas, de las cuales os hablaré en la próxima entrada.